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Ansiedad de Separación

¿Que es?

La ansiedad por separación es un estadio normal del desarrollo de bebés y niños pequeños. Si bien puede ser frustrante, en realidad es un hito emocional que en general comienza entre los 8 y 9 meses de edad. Tu hijo está comenzando a entender que hay un solo tú y que existes aun cuando no te puede ver.

La ansiedad por separación suele desaparecer a los 24 meses de edad. Mientras tanto, despídete de tu hijo con dulzura y tranquilízalo diciéndole que volverás pronto. La ansiedad por separación raramente requiere de un tratamiento médico.

Estar molesto y llorar son los signos clásicos de la ansiedad por separación. También puede haber gritos y berrinches. Durante el día, es posible que tu hijo se niegue a alejarse de ti. Durante la noche, es posible que se despierte y llore por ti. Entre los 8 y los 12 meses, los niños a menudo experimentan un período de ansiedad de separación. Usualmente alcanza su punto máximo entre los 10 y los 18 meses. La mayoría de los niños superan la ansiedad por separación a los 24 meses de edad.

Para aliviar la ansiedad por separación de tu hijo:

  • Practica las despedidas. Deja a tu hijo por períodos cortos con una persona responsable de su cuidado en quien confíes. Tarde o temprano tu hijo aprenderá que puede confiar en que regresarás.

  • Planea con cuidado tu partida. Es más probable que tu hijo se angustie cuando te vas si está cansado, hambriento o inquieto. Si es posible, vete cuando tu hijo esté tranquilo y alimentado.

  • Ofrécele a tu hijo algo que esperar. Habla acerca de algo divertido que sucederá cuando te vayas.

  • Mantenga la calma y sea coherente. Cree un ritual de despedida, donde puede decirle "adiós" de forma agradable y cariñosa, pero también con firmeza y sin vacilaciones. Mantenga la calma y trasmita que confía en su hijo. Asegúrele que va a volver y explíquele cuánto tardará en regresar utilizando conceptos que su hijo pueda entender (por ejemplo, después de comer). Concédale toda su atención al despedirse, y, cuando diga que se va, váyase; si vuelve, sólo empeorará las cosas.

  • No prolongues tu despedida. Si dejas a tu hijo en casa o en otro entorno familiar, despídete amablemente y luego vete. Alienta a la persona responsable del cuidado de tu hijo para que lo distraiga con un juguete favorito o lo haga participar en una actividad nueva de inmediato. Si dejas a tu hijo en un entorno nuevo, podrías jugar con él por algunos minutos para aliviar la transición. Al irte, recuérdale a tu hijo que regresarás. Sé específico acerca de cuándo regresarás, como «después de almorzar» o «después de tu siesta».

  • Deja un recordatorio. Ofrécele una manta especial, un animal de peluche u otro objeto reconfortante para que tu hijo lo sostenga mientras no estás. Esto puede formar parte de la rutina para separarse.

  • Mantén las lágrimas en perspectiva. Las lágrimas de tu hijo son un intento para retenerte. Es probable que cuando te vayas, las lágrimas no duren demasiado, especialmente una vez que tu hijo participe en una actividad nueva.

  • Todo a su tiempo: Intenta no empezar a llevar a su hijo a una guardería o jardín de infancia donde lo cuidará una persona desconocida entre los ocho meses y un año de edad, cuando es más probable que aparezca la ansiedad de separación por primera vez. Así mismo, intenta no separarse de su hijo cuando él esté cansado, tenga hambre o esté inquieto. De ser posible, programa el momento de sus salidas para después de las siestas o de las comidas de tu hijo.

  • Cumpla sus promesas. Es importante que se asegure de regresar cuando haya prometido hacerlo. Esto es fundamental; así, su hijo desarrollará la confianza de que puede sobrellevar ese tiempo de separación.

La mayor parte de las veces se trata de algo temporal

Recuerde que esta fase pasará. Si a su hijo nunca lo ha cuidado nadie más que usted, si es tímido por naturaleza o está sometido a otros factores estresantes, su ansiedad de separación podría ser peor para él que para otros niños.

Así mismo, confíe en su instinto. Si su hijo se niega a estar con un cuidador en concreto o a ir a determinada guardería o muestra otros signos de tensión, como dificultades para conciliar el sueño o pérdida del apetito, podría haber algún problema relacionado con la persona o con la situación encargadas de cuidarlo.

Si una ansiedad de separación intensa se mantiene durante la etapa de preescolar, la escuela primaria o más adelante e interfiere en las actividades cotidianas de su hijo, hable con su médico. Podría ser un signo de un problema muy poco frecuente pero más grave que se conoce como trastorno de ansiedad de separación. Los niños con este trastorno tienen miedo de perderse y a menudo están convencidos de que les va a ocurrir algo malo.

Ansiedad de separación

Solías dejar a tu bebé con seres queridos o con cuidadores de confianza despidiéndote con un beso en la mejilla y saludando con la mano. Sin embargo, ahora esos gestos desencadenan lágrimas y una conducta dependiente. ¿Qué está pasando?

¿Cuando no es normal?

En algunos niños, la ansiedad por separación es un signo de un trastorno más grave conocido como «trastorno de ansiedad por separación».

Si la ansiedad por separación de tu hijo parece intensa o prolongada, en especial si interfiere en la escuela u otras actividades diarias o comprende ataques de pánico u otros problemas, es posible que el niño esté sufriendo un trastorno de ansiedad. En la mayoría de los casos, esto se relaciona con la ansiedad respecto de sus padres, pero también puede relacionarse con otra persona cercana responsable de su cuidado.

De acuerdo con el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-5), publicado por la American Psychiatric Association (Asociación Estadounidense de Psiquiatría), el trastorno de ansiedad por separación puede ocurrir en edad preescolar y se diagnostica cuando los síntomas son excesivos para la edad de desarrollo del niño. Algunos de los síntomas son:

  • Angustia recurrente y excesiva por estar lejos de la casa o de sus padres

  • Preocupación constante y excesiva por perder a uno de los padres debido a una enfermedad o una catástrofe

  • Preocupación constante de que va a ocurrir algo malo, como perderse o que lo secuestren, lo que lo separaría de sus padres

  • Negarse a estar fuera de la casa por miedo a la separación

  • No querer estar solo y sin la presencia de un padre en la casa

  • Pesadillas repetidas sobre la separación

  • Quejas frecuentes de dolores de cabeza, dolores de estómago u otros síntomas cuando prevé la separación de uno de sus padres

Los bebés y los niños pequeños tienen poco sentido del tiempo y pocos recuerdos de las experiencias pasadas. Cuando te marches, es posible que tu hijo no sepa cuándo volverás, o si lo harás. Es posible que se moleste cuando no estén juntos, aun si solo fuiste a otra habitación por unos pocos minutos.

A veces, la ansiedad por separación puede desencadenarse por cambios en la vida del niño, como:

  • Una situación nueva en el cuidado del niño

  • La llegada de un hermano

  • Un nuevo hogar

  • Estrés o tensión familiar

Refugio Barragan de Toscano 82, Ciudad Guzmán

Tel: (341) 412 3175

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